El Tarot de Marsella es una de las barajas tradicionales más populares y conocidas. Aunque existen muchas versiones distintas de este tarot, su estilo medieval junto sus dibujos claros y sencillos lo hacen totalmente reconocible. En muchas ocasiones, las diferencias entre versiones residen únicamente en la intensidad de los colores o en detalles casi inapreciables.

En el Tarot de Marsella no existe la simetría. La parte inferior es diferente de la superior y su lado izquierdo es distinto de su lado derecho, hecho que se puede comprobar echando un rápido vistazo a los arcanos mayores.

Como es habitual en muchas barajas, el Tarot Marsella está compuesto por 78 cartas, divididas en Arcanos Mayores y Arcanos Menores. Las cartas de los Arcanos Mayores son 22 en total. El Loco es la única carta que, según el tipo de naipe o su edición, puede estar numerada con el número 0 o incluso sin numerar. Las 56 cartas restantes, llamadas Arcanos Menores, están divididas en 4 palos de 14 cartas, Pese que nuevamente pueden existir diferencias entre mazos, esta es la composición más típica del Tarot de Marsella.

Edad Media:

En 1377, un monje alemán llamado Johannes menciona en sus escritos un novedoso juego de cartas que habría visto en uno de sus viajes a Suiza. Un año más tarde, se constató de la llegada a España de un juego de cartas de características similares.

No obstante, la primera referencia reconocida del Tarot data de 1457, cuando San Antonio lo nombra en su ‘Tratado de Teología’. No obstante, la evidencia más clara de la existencia del Tarot en la Edad Media se encuentra en un manuscrito latín llamado ‘Sermones de ludo cum aliis’  del año 1500 ya que contiene la lista de los Arcanos Mayores.

No está muy claro cuál es la versión primigenia y la fecha exacta de la misma pero, como se ha podido comprobar, su origen se remonta a finales del siglo XV. Posiblemente el Tarot de Marsella nació en el norte de Italia y se extendió posteriormente por Francia tras la conquista de Milán por los ejércitos suizos y franceses. De hecho, el Tarot de Marsella es muy similar a algunas piezas de la colección de naipes de Cary, originaria de Milán. Este hecho confirmaría que el Tarot de Marsella se originó en el siglo XV en el norte de Italia.

Edad Contemporánea:

Se han encontrado cartas de este Tarot que datan del siglo XVI pero, sin embargo, se tiene la certeza de que en el siglo XVII ya estaba generalizado en numerosas regiones de habla francesa. Pese a los pocos registros del uso y extensión de este Tarot, no fue hasta 1781 cuando, finalmente, el autor francés Court de Gebelin presentó el Tarot de Marsella que se conoce a día de hoy en el noveno volumen de su ‘Mundo Primitivo”.

La baraja del Tarot de Marsella es la primera estampada e impresa en color que se produjo de forma industrial en Europa. Su diseño recuerda, en gran medida, a las vidrieras de las catedrales europeas, ya que tanto cartas como vidrieras fueron realizadas en moldes de madera acordes a una misma simbología.

Edad Moderna:

En el conocido libro “El Arte del Tarot” escrito por Alejandro Jodorowsky se sostiene que, hasta el siglo XVIII, el Tarot se relaciona con un juego de azar y sus características esotéricas pasaron desapercibidas. Además, Jodorowsky explica que las 22 cartas Arcanos Mayores del Tarot de Marsella son jeroglíficos que pertenecen al libro de Toth, encontrado en las ruinas del Antiguo Egipto

Pese a que nosotros siempre lo hemos llamado Tarot de Marsella, fue el cartomante francés Paul Marteau quien bautizó está baraja en los años 30 con el nombre por el que actualmente se le conoce. Esto se debe a que Marsella fue un centro importante de fabricación de naipes durante el período de desarrollo y extensión de este Tarot.